La historia del cóctel Bellini comienza en Venecia, Italia, en 1948. En ese año, el Palacio Ducal se estaba preparando para albergar una exposición sobre el pintor Bellini, y sus organizadores querían marcar la ocasión con la creación de una bebida dedicada, para celebrar el evento.
Para tan refinada tarea, recurrieron a Giuseppe Cipriani, dueño del famoso Harry's Bar en Venecia y resultó ser el hombre adecuado para el trabajo. Inspirándose en los colores distintivos de las paletas del lienzo de Bellini, creó una bebida a juego con ellos, que lleva el nombre del maestro de la pintura.
El éxito fue instantáneo. La bebida, a pesar o tal vez debido a sus ingredientes simples, rápidamente se convirtió en una de las favoritas en Harry's Bar y ganó fanáticos que incluían a Hemingway, Truman Capote, Orson Welles, Aristotele Onassis y Maria Callas
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