Como toda buena historia, empieza con gente contrabandeando alcohol. En este caso, eran estadounidenses que trabajaban en perforaciones petrolíferas en el Golfo Pérsico. Ellos, caletamente, agregaban vodka a los jugos de naranja que tomaban en el trabajo. Sin embargo, no tenían a la mano una cuchara por lo cual usaban un destornillador para mezclar la bebida. Así es como nace el cóctel, junto con el nombre “screwdriver” (la traducción al inglés de la herramienta).